Anoche, mi alegría estuvo fuera de cualquier límite por unos minutos, cuando mi padre accedió llevarme al McAuto. También, luego, cuando el Madrid marcaba, o cuando me descargué e instalé sin problemas el Doom 2. También me sentí feliz cuando mi tía me regaló una antigua chaqueta de cuero, o cuando mi madre me dijo que me regalaría alguna cosilla este jueves. Pero esto no es, para nada, importante.
Ánimo, felicidades y enhorabuena a Galán. Su padre se sometío ayer a una importante operación y fue todo un éxito. Si todo marcha bien, en unos días volverá a casa. Y así, todo volverá a la normalidad.
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