lunes, 10 de enero de 2011

El ¿error?

Los errores se enmiendan. De los errores se aprenden. Frases hechas, que todos conocemos, acerca de ese enemigo cruel tan temido que es el error. Al pertenecer, éste, al juicio valorativo de cada persona, a la ética y la moral, es un término tan relativo y amplio, que no sé, siquiera, si se puede valorar algo como un "error". Llego a esta conclusión porque, a mis 18 años de edad, no estoy seguro de haber cometido alguno. No crean que peco de vanidoso, mi ego hace tiempo que lo guardé en una celda de alta seguridad. Es peligroso. Veréis, es cierto que, en el momento de afrontar un problema, un obstáculo, una importante decisión, quizás he cogido el camino más largo, arduo y peligroso, pero, a la larga, al haber aprendido tantísimas cosas, al haber actuado este "error" como vacuna contra futuras infecciones anímicas (angustia, tristeza, agobio, ansiedad), repito: no sé si el error, realmente, existe. Quizás, el único error que se puede calificar como tal, sea el error fatal, el error mortal, aquel que nos lleve a un cajón a tres metros sobre el cielo, quiero decir, bajo tierra. Tengo la sensación de que esta entrada carece de sentido alguno, y he tenido la tentación en varias ocasiones de borrar todo. Pero da igual.
A todo esto, la razón por la que reflexiono acerca de este tema es porque estoy tratando de corregir varios "errores", ahora que antiguos "errores" han subsanado grietas, heridas y, en definitiva, defectos que tenía.
Reedito: He dicho que el único error es el mortal, pero... ¿también para aquellos que crean en la vida eterna? Tatachán!

PD.: Estaréis hasta los huevos, después de leer esto, de la palabra "error", ¿no? Además, es que "error", además de lo que significa, es una palabra fea. "Error". "Error", ..."error". (Error)
PD.2: Estaría gracioso que la palabra "error" tuviese "H" y yo no lo supiese.

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